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Salud

Los peligros de la tanorexia, la obsesión por tomar el sol: el cáncer de piel ha aumentado un 40% en los últimos años

Lo asegura un estudio de Nara Seguros. Los expertos nos avisan de los peligros y los riesgos para la salud de la tanorexia, la obsesión por tomar el sol. Una conducta que puede producir quemaduras repetidas, envejecimiento prematuro o incluso lesiones precancerosas.

Turistas disfrutan del sol en la playa de Peguera

Turistas disfrutan del sol en la playa de PegueraEFE

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Los días son más largos, los termómetros empiezan a marcar temperaturas más propias del mes de agosto y los rayos de sol nos recuerdan que se acerca el verano. Tiempo para disfrutar de la playa, la piscina, y cómo no, para broncearse la piel. Pero los expertos nos avisan de los peligros y los riesgos para la salud de la obsesión por tomar el sol: la tanorexia. Una conducta que, mantenida en el tiempo, puede producir quemaduras repetidas, envejecimiento prematuro o incluso lesiones precancerosas.

La tanorexia o la búsqueda excesiva del tono dorado de nuestra piel, aunque todavía no está muy reconocida en la sociedad, es un trastorno psicológico que incrementa notablemente el riesgo de sufrir daños cutáneos, incluyendo el cáncer. Las personas que la padecen experimentan una alteración en la percepción de su imagen corporal, llegando a verse demasiado pálidas incluso cuando ya presentan un tono oscuro. Esta distorsión las lleva a exponerse de forma reiterada y prolongada al sol o a cabinas de rayos UVA.

Además del componente físico, existe un trasfondo psicológico relevante. La tanorexia está vinculada a síntomas de ansiedad, baja autoestima y presión social, especialmente en adolescentes y jóvenes. La necesidad de adecuarse a determinados estándares de belleza puede derivar en una dependencia emocional del bronceado, con consecuencias sobre la salud mental y el bienestar general.

Importante: protector cada 2 horas

Por eso es fundamental que aprendamos a disfrutar del sol de forma saludable, sin presiones ni obsesiones porque estamos hablando de un riesgo real para la salud. Según la Asociación Española de Dermatología y Venereología, la incidencia del cáncer de piel ha aumentado un 40 % en los últimos años. Por eso se recomienda seguir una serie de medidas para minimizar el impacto de la radiación ultravioleta sobre la piel. La más importante es usar diariamente crema protectora del 30, mínimo, e incluso en días nublados.

También nos recuerdan que debe aplicarse cada 2 horas, utilizar sombreros, gafas de sol homologadas y ropa fotoprotectora, evitar la exposición solar directa entre las 12:00 y las 16:00 horas y realizarse revisiones dermatológicas periódicas, especialmente ante lunares o manchas nuevas porque la piel tiene memoria y lo que hagamos hoy puede influir en nuestra salud dentro de 10 o 20 años.

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